No es fácil en absoluto quedarse embarazada, aunque ya se tenga algún hijo. Las mujeres jóvenes que no tienen ningún problema de fertilidad y que mantienen relaciones sexuales sin protección sólo tienen el 20 por ciento de posibilidades de concebir en un ciclo menstrual.
La mayoría de parejas tardan varios meses en lograrlo, y cuando ya se tiene un primer hijo, muchas parejas caen en el error de no ponerse a tiempo en manos de especialistas, dado que presuponen no tener problemas de fertilidad. Los ginecólogos recomiendan realizar un estudio de esterilidad si, transcurrido un tiempo que varía entre 6 y 12 meses dependiendo de la edad de la mujer, no se consigue el embarazo.
Como la pareja ya ha conseguido tener un hijo, hablaríamos de esterilidad secundaria o infertilidad secundaria:
Esterilidad secundaria: si después de haber tenido hijos no se consigue un nuevo embarazo.
Infertilidad secundaria: la pareja tiene un bebé sano, tras un embarazo y parto normales. Cuando vuelven a buscar un bebé, aunque consigan gestaciones estas no llega a término.
Los problemas para quedarse embarazada están relacionados con muchos factores. Entre ellos, la edad de la mujer, ya que a los 35 años la posibilidad mensual de conseguir el embarazo es del 10 por ciento, mientras que a los 40 años es solo de un 5 por ciento. Esto no significa que una mujer de más de 35 años no pueda tener más hijos, sino que podría necesitar ayuda.