Compatibilidad materno-embrionaria

Compatibilidad materno-embrionaria

Durante la gestación dos individuos genéticamente diferentes coexisten

 

El sistema inmunológico nos protege de las agresiones externas y lucha contra los agentes extraños que pueden dañar nuestra salud. Al igual que ocurre con los trasplantes de órganos, donde es posible el rechazo del órgano donado, durante la implantación el nuevo embrión puede ser reconocido por el sistema inmunitario de la madre como extraño y no permitirle alojarse en la cavidad uterina. Si esta situación ocurre, no se produce embarazo y se podría hablar de incompatibilidad inmunológica de la pareja.

Para que el útero materno acepte la parte extraña del embrión, que suele ser la parte paterna o en caso de donación de óvulos tanto la parte materna (óvulo donando) como la parte paterna son “extrañas” genéticamente, es necesario un reconocimiento inmunológico adecuado.

Durante las primeras etapas del embarazo las células Natural Killer son las células del sistema inmune innato más abundantes en el útero materno y juegan un papel importante en la implantación.

Compatibilidad materno-embrionaria

Este reconocimiento que permite la implantación del embrión en el útero materno está regulada por tanto, por la interacción de los receptores de estas células NK, denominados KIR situados en la superficie del endometrio con las moléculas HLA-C producidas por el feto.

Si entre estos receptores uterinos KIR y el HLA-C “extraño” presentado por el embrión existe una buena compatibilidad, todo el proceso de tolerancia materno-fetal se desarrolla sin problemas y el embarazo evoluciona sin complicaciones. De lo contrario, si se encuentran fragmentos genéticos embrionarios incompatibles con los receptores uterinos, el proceso fracasa.

Esta tolerancia materno-fetal es importante sobre todo en las gestaciones derivadas de tratamientos de reproducción asistida puesto que difieren de las gestaciones naturales en el número de transferencias embrionarias realizadas y también en el número de embriones transferidos en cada tratamiento, generalmente dos.

A su vez a la hora de elegir un donante tanto de óvulos como de esperma para estas mujeres, podemos escogerlos con el haplotipo HLA-C más compatible y así reducir el rechazo a la implantación ya que en una transferencia embrionaria con ovocitos donados, la presentación por parte del embrión de los fragmentos “extraños” hacía las células inmunológicas a nivel uterino, es mayor.

Además este tipo de compatibilidad materno – embrionaria no solo se relacionan con abortos y fallos de implantación, sino también con problemas durante la gestación como retraso en el crecimiento, preclampsia y desprendimiento prematuro de la placenta normoinserta (DPPNI).

Teniendo en cuenta estos conocimientos, FivSantander plantea tratamientos reproductivos individualizados que tengan en cuenta las características genéticas uterinas (KIR) y la genética de sus parejas (HLA-C) para aumentar las tasas de embarazo y de niño nacido en casa. Sobre todo si son candidatas a ovodonación, un tratamiento cada vez más demandado debido al aumento de la edad materna.

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